lunes, 22 de marzo de 2010

CARTA A THEO

Mándame, entonces,
el cadmio,
el cinabrio,
también un bermellón
y un esmeralda,
minio naranja
y amarillo cromo
y ese azul de Prusia
que de prisa
en el sesgo del huerto
se ha quebrado.
Puede ser
un verde Veronés
pero tiene que llegar
antes que tarde,
no morirse de pena el ultramar
en el mar de los malvas declinantes.
sabes que la luz
es siempre pasajera
y el azul de cobalto
va en amores
que no duran ni quedan.
Cromos, pomos,
lacas de rubia sobrias
que no untuosas,
hay todavía luz
y están los huertos
de intensos perales florecidos.
No te olvides
del blanco de titanio.

LA MUJER MÁS VIEJA DEL MUNDO

La mujer más vieja del mundo,
la negra
nacida esclava,
que padeció castigos,
vejaciones,
el tormento del cepo,
pide cumplir
un último,
un íntimo deseo,
emblema de su alma:
ver el mar.
Y allá va
seguida
de un alegre cortejo
de hombres jóvenes
que se mueven
como en una película muda
en blanco y negro.
La esclava, ahora vieja liberta,
la negra
mínima, agudísima, encorvada,
la mujer más vieja del mundo
llega al mar
y lo oye,
y lo aspira
y sumerge sus negros pies en esa espuma
y ella,
que es en ese instante el universo,
dice:
hasta aquí he llegado.

UN TAXI A BUCAREST

Por aquel tiempo
solía sentir cuando subía a un taxi
que entraba en una zona secreta.
Las calles se enrarecían,
olvidaba de pronto mi destino,
había una extraña iluminación de set,
iba hacia la peripecia,
desde la periferia al centro de un revelación,
cuando la luz enceguecía
el taxi entraba a Bucarest.

LOS PRIMOS

Los primos corren por las piedras, se sumergen,
nadan contra la corriente o en el sentido de los remolinos,
roban frutas agrias, casi verdes que comen con cierta crueldad
hacia sí mismos. Matan los sapos a pedradas.
Los mayores fuman, se ocultan bajo el fulgor de los lejistres
y esconden bocanadas de tabaco o de amor, entre penachos
de un lila iridiscente, que los hace intangibles.
En las siestas pelean, construyen rivalidades de la nada,
prueban brevas oscuras, las más altas.
Cuando se van
queda un chasquido de ramas por los cuartos.

BARCOS EN LA NOCHE

A Antonio Di Benedetto

No puedo ver
los barcos en la noche,
es un llamado salvaje,
un alarido,
verlos levitar
sobre lo oscuro.
No hay cielo, ni agua,
ni sostén,
sólo el olor del río,
las luces que avanzan
mientras llaman
¿Oyes, Zama?
¿quién vendrá por ti?
¿quién vendrá por mí?

AUTOMÓVILES

AUTOMÓVILES

Guardo la fotografía
en que mi abuela
conduce un Buick sedan
y lleva a su madre en el asiento trasero.
A menudo pienso
que quise hacer lo mismo:
conducir un automóvil
y llevar a mi madre a donde ella quisiera,
quizás hacia la escena lejana en que la abuela
condujo el viejo Buick.
Mi madre
nunca tuvo automóvil ni manejó ninguno,
mi abuela fue algo serio:
condujo como en sueños,
lo que no existió nunca.

Biografía

Nací en Rosario, ciudad en la que resido. Soy egresada de la carrera de Letras de la Universidad Nacional de Rosario, aunque fui también alumna de Artes Visuales y estudié pintura en diferentes instituciones y talleres. Durante muchos años viví estas dos vocaciones. Con el tiempo, triunfó la poesía, aunque creo que mi verdadera formación se produjo en contacto con el mundo de la pintura, que sigue siendo, para mí una especie de sendero, de llamado a la armonía, de respeto hacia el oficio que supone todo arte.

Publiqué mis primeros poemarios en la ciudad de Santa Fe en la década del setenta. Por entonces, integraba el grupo literario “Tupambaé” con otros jóvenes poetas de esa ciudad y de Paraná. En los mismos años formé parte del “Grupo Rosario”, con otros pintores de nuestra ciudad. En 1981, publiqué Hijas del mar, libro de poemas que había obtenido el premio-edición de la Fundación Arcien y creo que a partir de entonces concentré todos mis esfuerzo en la escritura. En 1989, Los Habitantes de Valdrada, obtuvo el premio-edición Manuel Musto de la Municipalidad de Rosario. En 1995 publiqué Restos del Navío. Mi último libro publicado es Un taxi a Bucarest. En actualidad estoy preparando un nuevo libro de poemas y un libro de cuentos.

He publicado en diarios y revistas del país y del exterior y mi obra ha sido incluida en antologías y publicaciones colectivas. Una de ellas es Poetesse Argentine, publicada en Cosenza, Italia, compilada y traducida por Pablo Anadón.

 
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